La edad promedio de muerte en el mundo subió de 46,7 años a 59,3, entre 1990 y 2013, según estudio realizado por científicos de todo el mundo. La esperanza de vida subió, a su vez, de 65,3 a 71,5 años. Las enfermedades cardiovasculares e infecciosas se han reducido, mientras que han aumentado las endocrinas y renales. Aunque la longevidad en países pobres como Bolivia o Níger ha aumentado notablemente, las enfermedades que les afectan siguen siendo muy distintas de países como Estados Unidos. Las que afectan a China o Brasil sí que se parecen más a las de los países desarrollados.
La gente de todo el mundo vive mucho más tiempo que hace dos décadas, ya que las tasas de mortalidad por enfermedades infecciosas y por enfermedades cardiovasculares han disminuido, según un nuevo estudio, el primero con datos específicos por país sobre las causas de muerte en 188 países.
Las causas varían ampliamente según el país, pero, a nivel mundial, los trastornos por consumo de drogas y la enfermedad renal crónica suponen algunos de los mayores aumentos en porcentaje de muertes prematuras desde 1990. Las tasas de mortalidad de algunos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de páncreas y el cáncer de riñón, también han aumentado.
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