ROBÓTICA COMO DIVERSIÓN, PERO TAMBIÉN COMO APRENDIZAJE
Los niños nacen siendo científicos en potencia, con una elevada curiosidad por el mundo que les rodea; sin embargo, acaban abandonando esta posibilidad futura por otras quizá más convencionales. El debate, la solución de problemas de un modo creativo o el pensar fuera de la caja, son métodos no se contemplan dentro de la educación, de la que se han eliminado incluso las artes de la educación primaria.
La robótica es una alternativa lúdica a tener en cuenta, ya que supone un cambio de paradigma al estudio clásico. El alumno, en lugar de ser un mero oyente en una clase, pasa a ser el protagonista de un juego de construcción (Meccano, Lego Mindstorms, K’nex) mediante el que da rienda suelta a su creatividad mientras trabaja en su comprensión sobre la tecnología.
Hace tiempo que sabemos que la diversión es un factor clave en el proceso educativo, y que la gamificación ayuda a aprender mientras los alumnos juegan. ¿Por qué no hacer clases divertidas con robots?
ROBÓTICA COMO PREPARACIÓN PARA EL FUTURO
También se ha demostrado que la robótica es muy útil como herramienta para la educación en ciencias e ingeniería.
Cuando un alumno trata de impulsar su robot para que corra por una mesa, necesita comprender de un modo intuitivo conceptos como velocidad y trayectoria (física), así como par y potencia (mecánica) para que su robot avance, o el modo de hacer que no se caiga cuando llegue al extremo (programación), tocando también las habilidades motrices y cognitivas a la hora de ensamblar un juguete motorizado.
LÓGICA, ABSTRACCIÓN, RAZONAMIENTO, RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS…
Cuando pensamos en una máquina, la mayoría de nosotros imaginamos una carcasa más o menos compleja con ruedas o engranajes, y con la palabra robot hasta manos y ojos que le dan un aspecto algo más humano (C3PO, Número 5, NS-5, Wall-E).
La robótica fomenta la imaginación de futuros hipotéticos, el razonamiento, la lógica, entre otros factores, lo que ayuda a afrontar la resolución de problemas y el modo en que nos enfrentamos a ellos. Con cada nuevo avance, se mejora la autoestima del alumno y es él mismo el que se prepara, gracias a demostrarse sus propias habilidades, a superar la frustración.
LA ROBÓTICA COMO ENTORNO COLABORATIVO
El entorno de la robótica educativa, lejos de focalizarse en el individuo, fomenta la colaboración y los entornos participativos gracias a las muchas materias que conforman cualquier actividad relacionada.
FILOSOFÍA, ÉTICA Y PENSAMIENTO CRÍTICO
La robótica, incluso la infantil, puede ser enmarcada dentro de la enseñanza de la filosofía, la moral y la ética, y especialmente dentro del pensamiento crítico. Cualquier alumno, por muy joven que sea, es capaz de comprender que tanto la construcción física del robot como su programación han venido de algún lugar, y ese lugar es la imaginación y capacidades de sus creadores.
También son capaces de entender que el robot plantea nuevos problemas y dilemas.
Cada nueva situación genera un marco de debate que en muchas ocasiones no requiere de una solución técnica, sino de un compromiso ético y social, un pacto entre grupos de trabajo y una solución conjunta basada en los intereses de todos los alumnos. Algo que nuestra sociedad requiere casi con urgencia.
La robótica es un magnífico hilo conductor a lo largo de decenas de habilidades que las futuras generaciones necesitarán en su día a día, tanto para las profesiones del futuro como para su propio ocio, del mismo modo que nuestro ocio actual requiere de un mínimo conocimiento digital.
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